viernes, 20 de marzo de 2015

Carta a nuestras hijas adolescentes


Recogemos esta sencilla carta que vuelca en palabras los deseos de muchas madres que quieren para sus hijas un futuro mejor, que quieren dejar de herencia a sus hijas lo que han aprendido con su experiencia, que ha dejado tantas cicatrices en su corazón. A nuestras hijas les tocará caminar nuevos pasos sin detenerse en el presente. 

Hija, ten  presente siempre quién eres. A veces te preguntarás qué significa esto. No tienes que complacer a nadie, ni a tus padres, ni a tus maestros, ni a los compañeros y amigas, aunque la sociedad diga muchas veces lo contrario. No tienes que despojarte de tu naturalidad para parecer otra, para gustar, para ser como todas. Mantén alta la mirada, afirmando que haces las cosas por tí misma, por tí y por tu futuro, y no por satisfacer a nadie.

Hija, no dejes que nadie te utilice. Hoy está al cabo de la calle mantener relaciones sexuales rápidas e intrascendentes. Se da un beso al primero que te gusta. Se ofrece lo más íntimo de una misma al primero que te lo  pide, sin buscar la relación en clave de amor, en clave de comunicación de nuestro yo más íntimo, a favor de un encuentro amoroso que se hace poco a poco,  a fuego lento, como las buenas comidas. Los medios de comunicación nos dicen otra cosa, y llevas viendo la tele desde la más tierna infancia. Cuando ames, entonces entrégate, pero siempre que el otro te ame, siempre que percibas que te ama de verdad, más que tú misma.


Hija, huye de la violencia. De las agresiones verbales, de la gente que te haga sentir cada vez más pequeña, de aquellos o aquellas que aprovechan su fuerza o poder para doblegarte Aprende a poner tus propios límites, que nadie te los imponga. Aprende a tener tu disciplina, para que nadie tenga que recordártela. Aprende a plantearte cada día algún pequeño reto para mejorar. No te hundas en la pereza, a la larga puede ser tu peor enemiga. Escucha con oído atento a quien pone en tí la confianza, a quien espera de ti. Y no escuches a quien te amenaza, a quien te hiere, a quien te pega. Aprende a defenderte de quien te ofende, sin violencia, sin hacer tú lo mismo. 

Aunque te digan  que estás trasnochada, mira lo que enseña el feminismo auténtico. Intenta que donde trabajes o en la familia  o grupo en el que te desarrolles, haya vida plena, se considere a las personas no sólo desde la cabeza, sino desde la integración de  cabeza y corazón, y deja en herencia a las generaciones futuras un pasito más en la conquista de la igualdad. Espero además que este reto te llene de felicidad.

Te quiero, hija-mujer-


Fuente : Libro " Mujeres, gritos de sed, semillas de esperanza- pág.109-111, Rosa Ma. Belda Moreno.- Centro Humanización de la salud.




Feminismo auténtico :  su principal objetivo es defender los derechos de las mujeres más desfavorecidas, víctimas sociales,  y culturales, por haber nacido mujeres. Una feminista lucha por la igualdad de derechos para las mujeres, sin diferencias de raza, religión, o cultura. No lucha por la supremacía de la mujer frente al hombre, busca trabajar en conjunto con él, en una corresponsabilización  a nivel familiar, profesional, y social con el hombre. Una feminista auténtica no busca parecerse físicamente al hombre, reconoce la diferencia biológica entre hombres y mujeres, pero sí conoce de su igualdad como personas, no se nace hombre o mujer,  NOS HACEMOS HOMBRES O MUJERES. ( resumen de Ma.Helena Bonilla). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario